martes, 24 de agosto de 2010

El menos común de los sentidos

Recientemente han dado a conocer la noticia de que la Corema de Coquimbo aprobó la construcción de la termoeléctrica en Punta de Choros. ¿De quién es la culpa? ¿Es de quiénes tomaron la decisión? ¿Es del presidente, quién dijo explícitamente que estaba en contra de la construcción de una termoeléctrica en punta de choros, y no ha hecho valer su promesa?
El tema va más allá de una promesa o no del presidente. Esto es tan solo consecuencia de una serie de políticas con cero visión de futuro, característicos de una economía tercemundista que se ahogará en su deseo de no depender energéticamente de otros. Aquí es necesario atacar la causa del problema mayor, no el síntoma. Promover un desarrollo sustentable a nivel país, con una nueva institucionalidad (lamentablemente esta aún no funcionará hasta quizás fin de año), en donde la interacción con la sociedad civil sea parte fundamental de la tramitación de los informes de impacto ambiental, dejar atrás la fiscalización ineficiente (por no decir inexistente), de tener una gestión y protección de áreas naturales acorde a la realidad que vivimos como país intenso en recursos de este tipo. La autorización de la central es la mugre de la uña, dentro de una mano que aún opta por ensuciarse. Es necesario sentar un precedente ahora, que quién quiera que tenga la facultad para hacerlo golpee la mesa, o recibiremos la noticia de otros millonarios proyectos de termoeléctricas que esperan ser aprobados.

Ya es tiempo de lavarse las manos, de predicar y practicar un desarrollo sustentable en cuanto a materia energética se refiere.
Sabemos que la matriz energética de Chile no es diversa ni que tampoco da abasto a las demandas del sector individual e industrial, pero ¿! ENERGÍA A CARBON !?
Más limpios están los mineros a 700 metros de profundidad, de cómo vamos a quedar como país en un par de años si seguimos así.

sábado, 6 de marzo de 2010

Teletón Chile Ayuda a Chile

Lo acontecido en nuestro país durante la semana pasada nos ha golpeado fuertemente. La destrucción causada por un terremoto, y el posterior tsunami en alguna zonas costeras, son de magnitudes que nos han dejado perplejos a todos. Pero esto no sería el fin de los dolores de cabeza. Un gran número de sinvergüenzas, de inconcientes aprovechadores, mostraron la cara más fea, la cara más dolorosa de una sociedad que se encuentra golpeada. Las declaraciones de los afectados en la VII y VIII región, dejan vislumbrar que más que la necesidad de abarrotes y agua potable para poder abastecerse, era (y aún es en algunas zonas) la necesidad inmediata de contar con defensa y socorro para contrarrestar las fuerzas de aquellos insensibles delincuentes.
Estos acontecimientos han calado en lo más profundo de nuestros corazones, pero hoy hemos visto y sentido el lado positivo, con los más de 30 mil millones de pesos recaudados. El doblaje de la meta de la Teletón no es completamente la representación de las grandes donaciones de las empresas, ni del conjunto de las donaciones de todos los Chilenos, sino que es, también, la manera de expresar nuestro repudio y nuestra vergüenza hacia todos aquellos que nos dejaron mal parados como país en una situación catastrófica. La solidaridad que hemos visto en la Teletón es la representación del modo en que nos gustaría que todos nos comportáramos. Es el repudio a la moral de aquellos maleantes. Es la imagen país que queremos exportar y que queremos dejar en la retina de todos, para olvidar los acontecimientos que nos avergonzaron tanto.
Nos hemos emocionado y compartido nuestros sentidos pésames con todos los afectados. Nos hemos puesto en los pantalones de aquellos que lo están pasando mal. Hemos dado cuenta del gran capital humano con el que contamos, que es capaz de unirse y mostrar que somos uno.
No me cabe duda alguna que reconstruiremos un país mejor, no solo en infraestructura portuaria, vial, educacional, etc., sino también como sociedad.